Fuente: Boletin Epidemiologico de Cordoba Nro 824, 2012.
30 de marzo de 2012 – Fuente: El Nacional (Venezuela).
Cuatro albañiles, que hace poco más de un mes trabajaban en la remodelación del sótano de un local en el Mercado de Coche, compraron para merendar una sandía en un camión de frutas. Cuando la cortaron advirtieron que había un trozo en mal estado. "Le quité el trozo, que se veía amarillo, e igual nos la comimos", relata uno de ellos. La fruta rindió para dos porciones de merienda, que los trabajadores disfruta-ron sin notar nada raro.
Pasaron dos semanas en las que continuaron con las labores con normalidad hasta que sintieron un malestar, que no cedía con nada. "Comenzamos con fiebre, dolor de cabeza y falta de apetito", relatan.
Los síntomas de uno de ellos se hicieron tan intensos que su esposa decidió llevarlo a un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) en Hoyo de la Puerta, muy cerca de su casa. "Los médicos me diagnosticaron una piedra en el riñón, y me mandaron unas pastillas que me pusieron peor", explica. La esposa le suspendió el tratamiento y lo llevó a varios centros clínicos, hasta que una especialista lo refirió al Hospital Universitario de Caracas, donde pasó 17 días en una cama; le controlaban la fiebre con acetaminofen, mientras era sometido a estudios diariamente.
El jueves pasado, el médico especialista en Medicina Tropical, Óscar Noya, se presentó ante el enfermo, en el Servicio de Medicina Interna, y le diagnosticó mal de Chagas, transmitido por vía oral debido a que Lugo y sus com-pañeros de labores compartían la comida diariamente y presentaban los mismos síntomas. La seriedad del diagnóstico obligó a los otros tres trabajadores a ser internados. Hasta ese momento se habían negado a ser evaluados.
Noya explica que los estudios confirmaron que el contagio fue por vía oral y no mediante la picada del chipo (Rhodnius prolixus), que transmite el parásito Trypanosoma cruzi. La infección se produjo del mismo modo en que surgió en 2007 el brote en la escuela Andrés Bello, en Chacao: el insecto defecó sobre algún alimento consumido por los afectados.
Los afectados sostienen que se contaminaron con la sandía, pues la encargada de preparar los almuerzos era la esposa de uno de ellos, y ninguno de sus familiares está enfermo. Probablemente, las heces del animal entraron en contacto con la pulpa a través de la parte maltratada de la fruta. "Compramos la sandía en el camión que la vendía más barato", señalan. "El mal de Chagas adquirido por vía oral es más severo que el que se contagia de modo tradicional", afirma Noya. Éste es el sexto brote de ese tipo que se reporta en Venezuela. "La cepa de Trypanosoma que existe en el país ataca especialmente los tejidos cardíacos y puede causar un importante daño coronario". Dos de los albañiles fueron dados de alta ayer, aunque les indicaron dos meses de reposo. Otro debe permanecer en observación, pues tiene el cora-zón bastante inflamado; y el cuarto también estará hospitalizado unos días más.