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Cytotoxic, Trypanocidal, and Antifungal Activities of Eugenia jambolana L.

Karla K.A. dos Santos,1 Edinardo F.F. Matias,1 Saulo R. Tintino,1 Celestina E.S. Souza,1 Maria F.B.M. Braga,1 Gla´ucia M.M. Guedes,1 Miriam Rolo´n,2 Celeste Vega,2 Antonieta Rojas de Arias,2 Jose´ G.M. Costa,3 Irwin A. Menezes,4 and Henrique D.M. Coutinho1

Laboratories of 1Microbiology and Molecular Biology, 3Natural Products Research, and 4Pharmacology and Medicinal Chemistry, Regional University of Cariri, Crato, Ceara, Brazil. 2Center for the Development of Scientific Research, Moise´s Bertoni Foundation/Dı´az Gill Laboratories, Asuncio´n, Paraguay.  

 J Med Food 15 (1) 2012, 66–70

ABSTRACT Chagas’ disease, caused by Trypanosoma cruzi, is considered a public health problem. Nowadays, chemotherapy is the only available treatment for this disease, and the drugs currently used, nifurtimox and benzonidazole, present high toxicity levels. Alternatives for replacing these drugs are natural extracts from Eugenia jambolana, a plant used in traditional medicine because of its antimicrobial and biological activities. An ethanol extract from E. jambolana was prepared. To research in vitro anti-epimastigote activity, T. cruzi CL-B5 clone was used. Epimastigotes were inoculated at a concentration of 1x105/mL in 200 lL of tryptose-liver infusion. For the cytotoxicity assay J774 macrophages were used. To examine antifungal activity, Candida albicans, Candida tropicalis, and Candida krusei were used. This is the first record of trypanocide activity for E. jambolana. The effective concentration capable of killing 50% of the parasites was 56.42 lg/mL. The minimum inhibitory concentration was £ 1,024 lg/mL. Metronidazole showed a potentiation of its antifungal effect when combined with the ethanol extract of E. jambolana. Thus our results indicate that E. jambolana could be a source of plantderived natural products with anti-epimastigote and antifungal modifying activity with moderate toxicity.

 

 

La malaria vivax es más letal de lo que se pensaba

Fuente: Boletín Epidemiológico Argentino 821, 2012. Una forma común de malaria que es endémica en muchos lugares de Asia, América Cen-tral y Sudamérica, podría ser mucho más mortal de lo que se pensaba, de acuerdo con unanueva investigación.

Por mucho tiempo, Plasmodium vivax ha estado asociado a un alto costo económico debi-do a la pérdida de horas laborales y a la necesidad de tratamiento, pero era escasamente relacionado con muertes. Ahora, un estudio de dos años de duración presentado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene (ASTMH), encontró que P. vivax fue responsable de cerca de un tercio de las 66 muertes por malaria en el Hospital Karitas, en Indonesia oriental.

Kevin Baird, autor principal del estudio y director de la Unidad de Investigación Clínica Eijkman-Oxford, en Indo-nesia, dijo que esto es una prueba más de que P. falciparum, la forma de malaria común en África, no es la única con altas tasas de mortalidad.

La visión de que la mayoría de las muertes por malaria son causadas por P. falciparum es “pura fantasía”, dijo Baird. “Si P. vivax está causando muertes, como sugieren los datos, debemos observar áreas donde es endémico y repensar nuestra estrategia contra la malaria”.

Baird descubrió que las dos formas de la enfermedad fueron responsables de la misma proporción de las 3.449 admisiones hospitalarias asociadas con malaria, un patrón que él tiene certeza de que sería similar en India, Pakis-tán y el Sudeste asiático. Aunque P. falciparum tuvo más probabilidad de causar síntomas severos, tales como inconsciencia y anemia, una vez que la enfermedad del paciente era suficiente para requerir cuidados intensivos, P. vivax tenía el mismo riesgo de muerte, halló el estudio. Éste último también causó una proporción más alta de muertes en adultos.

Baird dijo que P. vivax ha tenido un largo historial de diagnósticos errados, y el real panorama ha emergido desde que el desarrollo de un diagnóstico preciso puede distinguir entre ambas formas de la enfermedad, “Las personas están comenzando a percatarse de que P. vivax es una seria amenaza”, dijo.

Advirtió que trabajos presentados en la reunión de la ASTMH, tales como una versión refinada de un mapa que localiza los puntos críticos de malaria a nivel global, mostraron que se ha progresado. Un problema es cómo detener el que una mutación genética común entre las personas de la región, interfiera con el uso de primaquina, el único fármaco capaz de atacar efectivamente a P. vivax.

The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene

 

 

Argentina: Determinan movimientos de migración del vector del mal de Chagas

28 de diciembre de 2011 – Fuente: Reporte Epidemiologico de Cordoba 821.

Un amplio estudio apoya la hipótesis de dos eventos de migración independientes de la vinchuca –principal vector de la en-fermedad de Chagas en América del Sur– durante su proceso de coloni-zación en Argentina. El trabajo publicado podría ayudar a optimizar la eficiencia del control del insecto.

A partir del análisis genético de 836 ejemplares de vinchucas (Triato-ma infestans) capturados en distintos puntos de 11 provincias del país –La Pampa, Corrientes, Catamarca, La Rioja, San Juan, Córdoba, Formosa,Chaco, Santiago del Estero, Salta y Santa Fe– los autores del estudio estimaron los porcentajes de “ancestría” o conjunto de ancestros entre las poblaciones del parásito analizadas.

Los resultados fueron concluyentes: la mayoría de las poblaciones del sector oeste del país, pertenecientes a las provincias de Catamarca, La Rioja, San Juan y oeste de Córdoba, prácticamente no compartieron ancestría con el resto de las poblaciones anali-zadas. “Es probable que estas poblaciones pertenecientes a localidades cercanas a la región andina se hayan esta-blecido a partir de la línea de dispersión de Triatoma infestans que habría ingresado a través de los Andes. Por otra parte, probablemente la mayoría del resto de las poblaciones estudiadas, serían el resultado de la línea de dispersión que ocurrió a través de las regiones no andinas”, destacó la doctora Beatriz A. García, docente de la Cátedra de Bio-química y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) quien realizó el estudio junto a las investigadoras Alicia R. Pérez de Rosas, también de la UNC, y Elsa L. Segura del Instituto Nacional de Parasitología ‘Dr. Mario Fatala Chabén’.

Articulo original: Molecular phylogeography of the Chagas’ disease vector Triatoma infestans in Argentina. A R Pérez de Rosas, E L Segura and B A García. Heredity 107, 71-79 (July 2011) | doi:10.1038/hdy.2010.159

Hallan cómo llegó la malaria a Sudamérica

Desde hace tiempo los científicos han debatido cómo y dónde se originó la malaria, la infección causada por un parásito transmitido con la picadura de un mosquito. Ahora un equipo internacional de científicos parece haber encontrado la respuesta. Los análisis genéticos del parásito Plasmodium falciparum revelan que éste llegó a Sudamérica -hace relativamente poco- desde África con el comercio trasatlántico de esclavos.   

Ahora un equipo internacional de científicos parece haber encontrado la respuesta. Los análisis genéticos del parásito Plasmodium falciparum revelan que éste llegó a Sudamérica -hace relativamente poco- desde África con el comercio trasatlántico de esclavos.                    

La malaria, una enfermedad que afecta a unos 500 millones de personas cada año, es endémica en muchas regiones del mundo pero hasta ahora no era claro cómo se propagó el parásito. Hay cinco especies conocidas de este microorganismo que se sabe pueden infectar al ser humano, pero el P. falciparum, que está ampliamente propagado en las regiones tropicales y subtropicales es el más letal, causante de la muerte de más de un millón de personas cada año. Aunque se ha pensado que el P. falciparum es originario de África, no se sabía cómo habían sido las rutas de propagación hacia otras regiones del mundo.

 "Algunas personas argumentan que la enfermedad ha existido en la región durante miles de años. Lo que mostramos claramente es que la malaria maligna ha estado en Sudamérica por sólo unos 300 o 500 años" Prof. Francisco J. Ayala

Por ejemplo, una teoría dice que se expandió hacia Asia hace unos 6.000 años junto con el surgimiento de las sociedades agrícolas, lo cual incrementó las poblaciones de mosquitos. Pero otras teorías establecen que el P. falciparum se propagó hace 60.000 años junto con las poblaciones de Homo sapiens que emigraron de África.                    

Más reciente

En cuanto a cómo llegó la enfermedad a Sudamérica, las hipótesis han mencionado tanto a los colonizadores europeos como al comercio de esclavos africanos, pero la evidencia hasta ahora no había sido concluyente.

La investigación, coordinada por el profesor Francisco Ayala de la Universidad de California, en Irvine, recogió muestras de sangre humana infectada con el P. falciparum de 24 regiones del mundo, incluidas África subsahariana, medio oriente, sureste de Asia y Sudamérica.

Los análisis de ADN de las muestras mostraron que las poblaciones del parásito en Sudamérica estaban subdividos en dos grupos genéticos principales: del norte, que inlcuía a las poblaciones colombianas, y el del sur, de las poblaciones de Guyana francesa, Brasil y Bolivia. Las pruebas posteriores sobre los vínculos genéticos de estos dos grupos con el falciparum africano mostraron que ambos  fueron introducidos de manera independiente durante el comercio trasatlántico de esclavos.

 El parásito se transmite con la picadura de un mosquito. Esto quiere decir que la enfermedad llegó al continente entre los siglos 16 y 19, mucho más recientemente de lo que se había pensado hasta ahora. "Algunas personas argumentan que la enfermedad ha existido en la región durante miles de años" afirma el profesor Ayala.

"Lo que mostramos claramente es que la malaria maligna ha estado en Sudamérica por sólo unos 300 o 500 años" agrega. Según el científico, el hallazgo, además del interés histórico, puede tener "implicaciones importantes para la salud". "Los hallazgos revelan la importante influencia de la migración humana en la diversidad genética del P. falciparum" . "Y podrían explicar el surgimiento de la malaria resistente a los medicamentos" agrega el investigador.

Los detalles del estudio aparecen publicados en Proceedings of the National Academy of Science (PNAS).           

Volvemos al Chaco!!

Comunidades Indigenas del Chaco

Dentro del marco de nuestro nuevo proyecto financiado por la Fundacion Sanofi denominado: "Hacia un abordaje integral del control de la enfermedad de Chagas en comunidades indígenas del Chaco Paraguayo", a partir de este mes los investigadores del CEDIC vuelven al Chaco. El objetivo principal de este proyecto es contribuir con la reducción de la morbilidad de la enfermedad en poblaciones originarias y vulnerables del Chaco paraguayo, mediante la generación de conocimientos sobre los determinantes sociales y ambientales de la abundancia y distribución de su principal vector y aportar herramientas para mejorar la calidad de vida de las poblaciones afectadas.

Apoyo al Desarrollo de la Ciencia, Tecnología e Innovación

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), en el marco del programa de "Apoyo al Desarrollo de la Ciencia, Tecnología e Innovación", financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presenta luego de la fase de evaluación y juzgamiento de la Convocatoria 2010 para proyectos de Investigación, los resultados de la misma, siendo seleccionada la cartera de proyectos de investigación para su co-financiación con recursos del Programa 1698-OC/PR, entre los cuales se encuentra nuestro proyecto de "Evaluación de la actividad leishmanicida de secreciones glandulares de anuros del género Rhinella del Paraguay" (CEDIC).

Acceso amplio y rápido para el Diagnostico del SIDA

Kit desenvolvido pela Fiocruz permite confirmar a presença dos vírus HIV 1 e 2 em pacientes em apenas 20 minutos. O novo teste é fácil de aplicar e dispensa infraestrutura laboratorial, o que permitirá seu uso em áreas remotas do país. Noticia completa en [UOL.com.br ]

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Mujeres Cientificas aun sufren de Estereotipos, excelente articulo de Pablo Nogueira, UNESP Ciência

Mulheres cientistas ainda sofrem com estereótipos no meio acadêmico Pesquisadoras são 67% no campo de letras e 33% nas exatas

Em 1906, um atropelamento tirou a vida do cientista francês Pierre Curie. A tragédia causou comoção, pois, três anos antes, ele e sua mulher, Marie Salomea Curie, haviam sido contemplados com o Nobel de Física. Sua morte foi registrada pelo jornal norte-americano The New York Times num elogioso artigo, no qual Marie apareceu como “assistente” do marido. Aparentemente, nem o fato de ela ter sido a primeira mulher laureada convenceu o jornalista de que ela pudesse ter feito uma contribuição relevante na investigação de ponta.

O jornal apenas reproduzia os padrões do senso comum da época – os mesmos que a carreira de Marie Curie estava redefinindo. Ela, que fora a primeira mulher na França a alcançar o título de doutora, herdou o emprego do marido e tornou-se a primeira mulher a dar aulas na Universidade Sorbonne – e a primeira a atingir o status de professor titular em uma universidade. Em 1911, tornou-se a primeira pessoa a receber pela segunda vez um Nobel, desta vez em Química. E sozinha.

Um século depois, Marie Curie é celebrada como uma espécie de padroeira desta ciência. O centenário do prêmio serviu como mote para a comemoração do Ano Internacional da Química (veja ed. 16 da revista) e também como oportunidade para discutir como evoluiu o papel da mulher na ciência no período. Se hoje sua presença na academia, na pesquisa e nas instituições científicas não espanta ninguém (na Unesp, por exemplo, mulheres ocupam quatro das cinco pró-reitorias), isso não significa que os obstáculos e dificuldades relacionados às diferenças de gênero tenham sido completamente aplainados.

  Pelo contrário, um número crescente de pesquisas sugere que homens e mulheres enfrentam circunstâncias dessemelhantes para construir suas trajetórias na pesquisa. Essas diferenças muitas vezes se traduzem sob a forma de condições menos favoráveis para que elas construam suas carreiras. Para superá-las, pode ser necessário mudar a dinâmica do modo de trabalho do cientista.

No Brasil, por exemplo, embora hoje as mulheres componham metade do total de pesquisadores, sua distribuição é desigual dentro das grandes áreas de conhecimento. No campo de linguística, letras e artes, elas chegam a 67% e nas ciências da saúde, a 60%. Nas ciências exatas, porém, são apenas 33% e nas engenharias, 26%. Os dados são do estudo “A participação feminina na pesquisa: presença das mulheres nas áreas do conhecimento”, conduzido por Isabel Tavares, coordenadora da área de iniciação científica do CNPq. Ela se baseou em números de 2006 do Diretório de Grupos de Pesquisa (DGP) da instituição, da Plataforma Lattes e da Coleta/Capes.

A sub-representação feminina nas ciências “duras” é um fenômeno internacional. O mais recente estudo sobre o tema, realizado pela Universidade da Califórnia em Berkeley e divulgado em dezembro, mostrou que as americanas obtêm pouco mais de 50% dos PhDs nas áreas de ciências sociais e ciências da vida e chegam a ultrapassar os 70% em psicologia. Mas respondem por menos de 28% das teses defendidas em física e por volta de 22,5% em engenharia e matemática.

Desde 2005, a Secretaria de Políticas para Mulheres do governo federal dispõe do programa Mulheres e Ciência, que desenvolve ações sobre o tema. Angélica Fernandes, subsecretária de Articulação Institucional e Ações Temáticas do órgão, explica que a disparidade da presença das mulheres na pesquisa foi um dos gatilhos para o início dos debates sobre gênero na academia. “Estar nas ciências significa participar dos debates de todas as áreas. Física e engenharia também devem ser lugar de mulheres, é importante para a construção da igualdade”, diz

 Para Luci Muzzeti, professora da Faculdade de Ciências e Letras da Unesp em Araraquara e estudiosa da questão de gênero, essas disparidades refletem as diferenças de status entre as áreas de pesquisa. “Existe uma hierarquia no mundo acadêmico, que faz com que áreas como física tenham mais prestígio do que outras, como nutrição ou enfermagem”, diz. “E as menos valorizadas são as que têm grande presença feminina.”

Ameaça dos estereótipos

As causas para o fenômeno são motivo de debate. Uma linha de argumentação enfatiza as diferenças no processo de educação. Enquanto os meninos são estimulados a mexer com instrumentos associados ao mundo masculino, como ferramentas e máquinas, as meninas passam por um processo de socialização onde tomam contato com temas como o cuidado, os relacionamentos, a alimentação. Esses vieses seriam depois incorporados para os interesses de pesquisa.

Em sua análise, Isabel Tavares observa que mesmo numa área eminentemente masculina, como as ciências agrárias, onde as mulheres são cerca de 35%, elas são majoritárias (57%) na subárea de ciência e tecnologia de alimentos, que envolve um setor da vida social tradicionalmente atribuído às mulheres.

Essa concentração em certas subáreas é verificada mesmo nos campos onde a presença das mulheres é grande, como as ciências sociais aplicadas. No Brasil, elas são a maior parte dos pesquisadores em economia doméstica (88%) e serviço social (82%), mas minoria em economia (31%) e direito (40%). Para Isabel os números confirmam a tendência de destinar “as atividades de finanças e gerência para os homens, bem como a tradição de jurista, cabendo à mulher a economia do lar e o atendimento à sociedade”. Algo semelhante acontece na medicina, onde o número de mulheres tem crescido desde a década de 1990, mas é mais evidente em pediatria, dermatologia, ginecologia, clínica geral. “O universo da ciência reproduz a condição social da mulher”, complementa Angélica.

Os estereótipos também teriam o poder de afastar as mulheres jovens da opção por determinadas carreiras. É o caso da velha história de que homens e mulheres têm aptidões desiguais para o raciocínio matemático. Professores bem sabem que, até por volta dos 12 anos, meninos e meninas possuem habilidades numéricas semelhantes. A partir de então, o interesse delas pela matéria tende a diminuir, bem como suas notas. Se as causas para a queda de desempenho devem-se à socialização, à biologia ou a uma combinação dos dois fatores, ainda não se sabe. Mas a simples crença de que mulheres são piores em matemática parece ter efeito sobre elas.

Um dos primeiros experimentos a mostrar isso foi feito em 1999 e envolveu 30 garotas e 24 rapazes, calouros de psicologia da Universidade de Michigan (EUA). Todos tinham habilidades matemáticas semelhantes e gostavam da disciplina. Foram divididos em dois grupos e submetidos a um teste de matemática. Antes da prova, os professores submeteram as meninas de um dos grupos a uma “condição de ameaça” – afirmaram, falsamente, que os rapazes costumavam sair-se melhor no exame. Ao final, essas moças tiveram um desempenho significativamente menor do que as voluntárias que não foram expostas àquela observação.

Ao longo dos anos 2000, cerca de 300 outros testes identificaram o mesmo efeito. Muitas vezes, nem foi preciso colocar a condição de ameaça de forma tão clara. Solicitar ao estudante que indicasse seu gênero antes de iniciar a prova, ou colocar as meninas para serem testadas em salas onde eram claramente minoria já piorava o resultado delas. Os autores do estudo pioneiro concluíram que se as diferenças de desempenho entre os sexos fossem devidas apenas à biologia, as meninas se sairiam mal em qualquer circunstância. Mas o fato é que sem a pressão, mesmo que sutil, do estereótipo, os resultados dos dois gêneros foram semelhantes.

Na última década, o crescimento das pesquisas em psicologia evolutiva, que tenta identificar bases biológicas para comportamentos humanos, jogou mais lenha nessa fogueira. Em 2005, o então reitor da Universidade Harvard, Lawrence Summers, declarou acreditar que as causas para haver menos mulheres nas áreas que envolvem matemática estão ligadas às diferenças cerebrais entre os gêneros. Steven Pinker, psicólogo do MIT e popstar da psicologia evolutiva, concordou com o argumento e escreveu um livro em apoio.

Uma enxurrada de críticas e contra-argumentos se seguiu nesses cinco anos. O mais recente, de 2010, é o estudo Why so Few?, um calhamaço recheado de estatísticas elaborado pela National Science Foundation americana.

Ele analisa, por exemplo, os resultados do SAT, o sistema de avaliação dos estudantes americanos. Em 1980, a proporção de alunos de 13 anos que alcançavam em matemática nota superior a 700 no teste – indicativa de elevadas habilidades – era de 13 meninos para cada menina. Em 2010, a proporção tinha caído para 3:1. “Se a causa da diferença de desempenho fosse apenas biológica, as proporções não se alterariam tão rapidamente”, argumentam os autores. “Ainda que a biologia desempenhe algum papel, ela claramente não responde por todas as diferenças”, dizem.

Um dos mais eloquentes ataques contra o argumento biológico veio de alguém que conhece os dois lados: o neurocientista Ben Barres, transexual e pesquisador da Universidade Stanford. Em 2006, ele publicou um artigo na revista Nature onde torpedeava a argumentação de Summers e

Pinker e denunciava a permanência de preconceitos contra mulheres mesmo após o movimento feminista: “Quando eu era mulher, fui a única da minha turma do MIT a resolver um difícil problema de matemática. Meu professor, em vez de me parabenizar, comentou que meu namorado provavelmente tinha resolvido por mim.”

Barres diz que, como transexual, é consciente de que existem diferenças biológicas inatas no modo como funcionam os cérebros de homens e mulheres. Mas não acredita que isso implique numa menor capacidade cognitiva feminina. “A falta de autoconfiança é o principal fator que leva as mulheres a abandonarem carreiras nas áreas de ciência e engenharia. Quando elas escutam repetidamente que não são boas o bastante, sua autoconfiança desaba e suas ambições encolhem.”

Reflexo das condições sociais

A boa notícia é que na academia brasileira a situação está um pouco melhor. Aqui a presença feminina em áreas como astronomia e física está respectivamente na casa dos 23% e 19%, de acordo com os dados do CNPq, contra 17% e 13% nos Estados Unidos. Esse não é um fenômeno restrito às ciências exatas. Em países como Brasil e Argentina, a participação de mulheres na força total de pesquisadores é maior do que a média mundial, inclusive quando comparados a países com grande tradição científica.

Ironicamente, essa disparidade em prol das mulheres pode estar sendo facilitada por outra desigualdade, a social. É a opinião de Léa Velho, professora do Departamento de Política Científica e Tecnológica do Instituto de Geociências da Unicamp. Pesquisando a participação de mulheres nos cursos de física da Unicamp, desde a graduação até o doutorado, Léa descobriu que elas ocupam 12% das vagas, contra, por exemplo, 5% na Alemanha. “O que permite a mais mulheres de classe média no Brasil [em comparação com países desenvolvidos] fazerem carreira na academia é a possibilidade que têm de contratar mulheres de classe baixa para darem conta do trabalho doméstico”, diz.

As brasileiras dispõem também de uma rede familiar mais capaz de fornecer apoio. “Se uma pesquisadora tiver um filho na Alemanha, muito provavelmente não terá dinheiro para contratar uma empregada, nem poderá depender da mãe para ajudá-la. Terá de tomar conta da criança até que ela tenha idade para ir para a escola, o que representará um gap em sua vida profissional”, complementa.

Outro quesito bastante sensível que pode diferenciar as experiências dos homens e das mulheres que seguem carreiras científicas no Brasil é a dedicação às atividades de pesquisa e de ensino. É o que sugere um levantamento feito por Jaqueline Leta, pesquisadora do Instituto de Bioquímica Médica da UFRJ. Em 2007, ela coletou dados sobre 1.946 docentes dos 71 programas de pós-graduação da UFRJ, buscando identificar diferenças na atuação dos gêneros. Em uma das análises, ela considerou a nota conferida pela Capes a cada programa, que varia de 1 a 7. Jacqueline descobriu que quanto menor a nota, maior a presença feminina. Nos programas avaliados com conceito 4, por exemplo, elas representavam 44% dos docentes, enquanto que naqueles com nota 7 elas eram por volta de 30%.

Jacqueline também avaliou indicadores de pesquisa e docência em seis áreas: engenharia, ciências exatas, ciências humanas, letras e artes, ciências biológicas e ciências da saúde. Em três anos, nas engenharias, por exemplo, a média de artigos publicados foi de 60 para homens e apenas 10 para as mulheres. Nas ciências exatas, eles publicaram em média pouco mais de 20 artigos e elas, pouco mais de 10. Em saúde, elas ficaram à frente: 20 versus 15. E nas letras e artes, 15 publicações para elas, pouco menos de 10 para eles.

Ao comparar dados relativos à docência e à orientação de alunos, porém, Jacqueline encontrou outro panorama. Ela analisou a média de disciplinas de pós-graduação organizadas por cada docente, ao longo de três anos. E quantos alunos cada gênero orientava. Nas duas tarefas, a participação de homens e mulheres em cada tarefa ou foi bastante próxima ou elas ficaram à frente.

Jacqueline ressalta que, embora pesquisa e docência sejam duas das atividades fins da academia, elas não são vistas da mesma forma. “A universidade foi pensada no Brasil inicialmente para ser um lugar de ensino. A atribuição da pesquisa surgiu depois. Mas as duas áreas não têm o mesmo peso. É comum encontrar disciplinas que são ministradas por um aluno ou bolsista, para que o docente possa aproveitar aquele tempo para se dedicar a pesquisar. A importância atribuída à pesquisa é muito maior, especialmente nas áreas mais competitivas”, exemplifica.

A própria Capes, ao emitir um conceito sobre um programa, lembra a pesquisadora, analisa as questões relacionadas à pesquisa. “Seguramente os programas com nota 4 podem ser bons em outras atividades, como o ensino. Mas o que a Capes avalia é o pesquisador, não o docente.”

A hipótese de Jacqueline é que o mesmo fenômeno pode estar ocorrendo na academia brasileira como um todo. Os homens teriam uma tendência a dedicar mais tempo e energia à pesquisa, e esta lhes oferta um status mais elevado. As mulheres teriam uma tendência maior a se dedicar às atividades docentes e de orientação, especialmente na graduação. A pesquisadora prepara agora uma pesquisa nacional, a ser conduzida e concluída ainda em 2011, para testar a ideia.

Teto de vidro

Mas talvez a diferença mais perceptível entre homens e mulheres na academia esteja na possibilidade de ascensão na carreira. Dados colhidos entre uma vintena de países da União Europeia mostram que além de estarem em menor número nos cursos de doutorado, as mulheres são minoria absoluta nas posições universitárias mais elevadas, que oferecem mais acesso aos recursos para pesquisa (veja quadro à esquerda).

Nos EUA, o fenômeno ganhou o apelido de “teto de vidro”. Segundo a National Science Foundation, a proporção de homens e mulheres que alcançam o status de full professor, o mais alto da carreira, é de 10 para 1. A média é a mesma na Inglaterra. Na União Europeia, 18% dos full professors são mulheres, segundo dados da Comissão Europeia publicados em 2009.

O mesmo fenômeno acontece no Brasil.Um indicador disso é o pequeno número de mulheres contempladas com bolsas de produtividade do tipo 1 A, fornecidas pelo CNPq. Segundo dados de Isabel Tavares coletados em 2006, embora naquele ano as mulheres correspondessem a 78% dos pesquisadores em nutrição e 48% em medicina, entre os contemplados com essas bolsas, a participação feminina caía para apenas 14% e 22%, respectivamente.

Outro sinal é a proporção de mulheres que lideram grupos de pesquisa (veja tabela abaixo). “Nos anos 1990, descobriu-se que havia menos mulheres atuando como líderes”, lembra Léa Velho. “A hipótese era que ao longo do tempo se alcançaria uma proporção igual entre homens e mulheres, mas isso ainda não aconteceu”, diz.

A falta de mulheres nos altos postos da universidade chamou a atenção até do ex-presidente Lula. “Não foi citado o nome de uma mulher. Isso é uma coisa que nós vamos ter que reparar daqui para frente. A não ser que alguém prove que não tem mulher cientista”, observou em 2003, durante a posse dos integrantes do Conselho Nacional de Ciência e Tecnologia.

Além dos vários fatores já abordados na reportagem, um em especial contribui com a baixa representação feminina nos postos mais elevados da academia: a dificuldade em conciliar a vida profissional com a familiar. Para Léa Velho, as origens deste conflito remontam às origens da ciência como profissão: “Foi na Europa do século 19 que as primeiras universidades e empresas começaram a contratar pessoas com o objetivo de fazer pesquisa, e a ciência começou a se institucionalizar como atividade profissional. E todos esses profissionais eram homens. Naquela época, à mulher cabia cuidar da casa e dos filhos. Ela era excluída da vida pública”.

Assim, desenvolveu-se um modelo de carreira de pesquisador cujo horário de trabalho não se limitava ao expediente comercial, mas incluía trabalho experimental à noite, nos fins de semana, férias etc.

Quando, no início do século 20, as mulheres começaram aos poucos a ter acesso aos níveis mais altos de educação e a interessar-se pela atividade científica, viram-se obrigadas a adotar o estilo de vida imposto pela profissão, sem ter com quem partilhar os deveres da vida doméstica.

Até no enfrentamento desse conflito Marie Curie foi pioneira, conforme registrou em suas memórias: “Tomar conta de nossa pequena Iréne e de nossa casa sem renunciar à atividade científica tornou-se um problema sério”, escreveu. Na época, ela contou com a ajuda inusitada do sogro, que se mudou para sua casa e se tornou babá da neta recém-nascida.

A situação, descrita há mais de um século, ainda ocorre no cotidiano de muitas pesquisadoras. Vanderlan Bolzani, professora do Instituto de Química da Unesp em Araraquara e primeira mulher a presidir a Sociedade Brasileira de Química (de 2008 a 2010), conta como sua dedicação à carreira lhe valeu críticas. “Muitas vezes fui taxada de mãe pouco amorosa porque deixava meus filhos em casa e viajava para participar de congressos. Mas nenhum deles ficou louco”, relembra, divertida. Mesmo assim, ela reconhece que a maternidade afetou suas escolhas profissionais. “Minha carreira deslanchou tarde, só consegui fazer o pós-doutorado aos 45 anos.” Hoje ela é pesquisadora 1B do CNPq.

Na época, ela optou por levar os filhos adolescentes para viverem com ela nos EUA, enquanto o pai ficou no Brasil. “Eu trabalhava na universidade, pegava eles na escola, voltava a trabalhar... Ao retornar pro Brasil, pesava 6 kg a menos”, lembra. Léa também vivenciou isso. “Quando eu trabalhava como pesquisadora em agronomia na UnB, nos anos 1970, o chefe do departamento marcava uma reunião toda segunda, às 18 h, para debater papers”, conta. “Só que eu tinha que sair às 18h15 para pegar meu filho na escola. Era responsabilidade minha. E o chefe de departamento sempre dizia com ironia que mãe é assim mesmo.” Em suas entrevistas feitas com pesquisadoras na Unicamp, já no século 21, ela percebeu que a dinâmica não mudou. “Vi mulheres que diziam que tinham sorte porque o marido as ajudava com as crianças. Não é um regime de compartilhamento igualitário”, diz.

Políticas favoráveis à família

Este não é um fenômeno brasileiro. Em 2005, nove das principais universidades americanas – entre elas instituições do porte de Stanford, Harvard e MIT – reuniram-se para lançar um documento onde reconheciam “a necessidade de tornar “a carreira acadêmica compatível com as responsabilidades do cuidado de uma família”. No centro da polêmica está o regime conhecido como tenure track, no qual jovens professores universitários são submetidos a um estágio probatório de anos. Só depois poderão ser contratados com estabilidade. Este período probatório exige alta produtividade e coincide com os anos mais férteis das mulheres. Levantamento feito em 2010 por pesquisadores da Universidade da Califórnia em Berkeley entre mais de 20 mil professores estáveis norte-americanos mostrou que 78% das mulheres com este status não tinham filhos, enquanto 73% dos homens no mesmo cargo eram pais (veja quadro abaixo). A disparidade reflete as diferentes condições enfrentadas por homens e mulheres na academia americana.

“No atual modelo, os professores podem casar, ter filhos, participar da vida familiar e ainda investir numa carreira competitiva porque dispõem do apoio do cônjuge, que lida com a maior parte das responsabilidades domésticas”, refletem os autores do relatório Beyond Bias and Barries, publicado em 2007 pela Academia Nacional de Ciências dos EUA. E prosseguem: “Esse modelo não leva em consideração as necessidades das mulheres que desejam ser mães, pois requer concentração absoluta no pico de seus anos de reprodução. Nem daquelas que são divorciadas ou viúvas e têm que arcar com as obrigações domésticas sem o apoio de um cônjuge”.

Na universidade americana já se debate a criação de “políticas favoráveis à família” como forma de reduzir a carga que recai sobre as mulheres. Algumas começam a aparecer. Ano passado, a vinda de uma física de Harvard ao Brasil para palestrar em um congresso só foi possível porque a universidade pagou as passagens de seus dois filhos pequenos, bem como do pai, que tomou conta deles. Desde 2007, a Universidade Stanford reembolsa os gastos dos jovens professores com creches e babás, em valores que podem chegar a US$ 20 mil por ano. Por aqui, em 2005 o CNPq instituiu a prorrogação de tempo de bolsa para mestrandas e doutorandas que ficam grávidas – até então as bolsistas não contavam com licença-maternidade. Ano passado, a Capes aderiu à medida.

Algumas mulheres, porém, não querem trocar a maternidade pelo sucesso na carreira. “Muitas não querem assumir posições de poder na universidade para não prejudicar sua convivência familiar”, afirma a física Elisa Saitovich, do Centro Brasileiro de Pesquisas Físicas. “Este é um ponto que precisa ser trabalhado com as próprias mulheres”, reconhece. Referência para o debate sobre o tema no país, Elisa começou a se envolver com ele em 2002, quando foi convidada a dar uma palestra na 1ª Conferência sobre Mulheres na Física, organizada pela União Internacional de Física Pura e Aplicada. A experiência levou-a a organizar uma conferência em 2005 no Rio de Janeiro, além de vários eventos preparatórios em países latinos.

No primeiro desses encontros, foram listadas 27 sugestões para aumentar e apoiar a presença feminina na pesquisa. Uma delas era justamente a questão da extensão do tempo de bolsa para grávidas. Outras sugestões incluíram a inclusão, no Currículo Lattes, do nascimento de filhos e a solicitação da oferta de serviços de cuidado de crianças nos congressos.

Mas para Elisa o mais importante é melhorar a qualificação das pesquisadoras, de forma que elas possam competir melhor por postos mais elevados. “E assim como existem editais de financiamento que reservam 30% dos recursos para pesquisas feitas no Nordeste, acho importante termos um acompanhamento do percentual de projetos de mulheres que são contemplados. Não acho que se deva abrir mão da qualidade na hora da seleção nem criar uma cota. Mas é importante observar esta área com um olhar de gênero também”, diz.

E a presença de mulheres nos postos de comando pode acabar tendo um efeito multiplicador. É o que pensa Maria José Giannini, pró-reitora de Pesquisa da Unesp. “A escolha de quatro mulheres para as pró-reitorias [da Universidade] foi um ato de ousadia. Acho que isso é importante principalmente para quem está ingressando na academia. Talvez elas já encontrem menos problemas do que nós tenhamos enfrentado para galgar a carreira.”

Tais medidas, porém, não excluem a necessidade de mudanças mais profundas. “Acho que temos de repensar a maneira como se trabalha na universidade. Muitas vezes, nos cargos mais altos, espera-se que a pessoa tenha uma disponibilidade que é incompatível com o que a maioria das mulheres quer para sua vida. Será mesmo necessário que um reitor enfrente jornadas de 13 horas de trabalho?”, questiona Léa.

“O que precisa mudar é o senso comum”, argumenta Luci. “É ele que enxerga algumas profissões como masculinas e outras como femininas, que estabelece como missão da mulher cuidar da casa e da prole, que faz com que a mulher enfrente dificuldades para ser julgada competente para ocupar posições de poder. Essas iniciativas apenas irão amenizar as faltas”, diz. Se hoje ninguém mais acha estranho que uma mulher ganhe um prêmio Nobel, é porque o senso comum mudou bastante de Marie Curie para cá. Talvez seja preciso encontrar maneiras para que ele continue mudando – mas a uma velocidade maior.

Sugieren prioridades en estudio de enfermedades olvidadas

[Sci.Dev] En América Latina y el Caribe hay entre 200 y 250 millones de personas que han sido afectadas por enfermedades olvidadas. Los autores identificaron como prioritaria para la región la investigación de 20 de estas enfermedades, las que clasificaron en cinco grupos según el tipo de transmisión.

Estos son: por insectos vectores (entre ellas Chagas, leishmaniasis y esquistosmiasis), helmintos (como cisticercosis y ascariasis), virus (entre ellas hantavirus y encefalomielitis), hongos (como paracoccidioidomicosis y candidiasis) y transmisión sexual (entre ellas tricomoniasis y clamidiasis).

Con esta propuesta los autores —en total 29 científicos, de los cuales 16 son de la región— buscan “contrarrestar la negligencia frente a una serie de enfermedades infecciosas que afectan a los más pobres de los pobres”, dijo a SciDev.Net Jean-Claude Dujardin, del Instituto de Medicina Tropical de Antwerp, Bélgica, quien actuó como investigador principal.

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Proyecto seleccionado en la Convocatoria 2009 - Conacyt

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), en el marco de su programa de "Apoyo al Desarrollo de la Ciencia, Tecnología e Innovación", auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), nos informó que luego de la fase de evaluación y juzgamiento de la Convocatoria 2009 para proyectos de Investigación, han llegado a un resultado, siendo uno de los  seleccionados, el proyecto del CEDIC de "Ensayos preclínicos de 2,5-dihidroxibencil derivados sobre modelos animales experimentalmente infectados con Trypanosoma cruzi". Para el proceso de selección se involucro a 85 especialistas de la Argentina, Brasil, Uruguay, EEUU, España, Ecuador, México, Canadá, Alemania y Chile para evaluar los proyectos.

Estamos alegres de poder continuar con nuestro trabajo de investigación, y poder aportar nuestro grano de arena al desarrollo de la misma.

Muchas Gracias!

Alumnos de ASU en el Chaco Paraguayo

Un grupo de alumnos de la Escuela de Salud Global de la Universidad Estatal de Arizona (ASU), quienes se encuentran realizando una pasantia científica en nuestro Centro, visitaron el Chaco Central donde el CEDIC lleva a cabo una serie de proyectos sobre enfermedad de Chagas. Los alumnos se adiestraron en metodologias de campo para captura de triatominos, asi como identificaron los determinantes sociales que mantienen la endemia chagásica en la zona.

Indices de Vegetación y Malaria en zonas endémicas del Paraguay

Correlación entre el índice normalizado de vegetación y la malaria en una selva subtropical sometidos a la alteración antropogénica rápida. [Correlation between normalized difference vegetation index and malaria in a subtropical rain forest undergoing rapid anthropogenic alteration] Abstract. Time-series of coarse-resolution greenness values derived through remote sensing have been used as a surrogate environmental variable to help monitor and predict occurrences of a number of vector-borne and zoonotic diseases, including malaria. Often, relationships between a remotely-sensed index of greenness, e.g. the normalized difference vegetation index (NDVI), and disease occurrence are established using temporal correlation analysis. However, the strength of these correlations can vary depending on type and change of land cover during the period of record as well as inter-annual variations in the climate drivers (precipitation, temperature) that control the NDVI values. In this paper, the correlation between a long (260 months) time-series of monthly disease case rates and NDVI values derived from the Global Inventory Modeling and Mapping Studies (GIMMS) data set were analysed for two departments (administrative units) located in the Atlantic Forest biome of eastern Paraguay. Each of these departments has undergone extensive deforestation during the period of record and our analysis considers the effect on correlation of active versus quiescent periods of case occurrence against a background of changing land cover. Our results show that timeseries data, smoothed using the Fourier Transform tool, showed the best correlation. A moving window analysis suggests that four years is the optimum time frame for correlating these values, and the strength of correlation depends on whether it is an active or a quiescent period. Finally, a spatial analysis of our data shows that areas where land cover has changed, particularly from forest to non-forest, are well correlated with malaria case rates.

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ASU students – Bienvenidos!

Dentro del marco de la Escuela de Verano del CEDIC, la cual hemos implementado con el proposito de fortalecer los vínculos con instituciones nacionales y extranjeras, estamos recibiendo la visita del primer grupo de estudiantes de la Cátedra de salud global de la Arizona State University. Nuestros visitantes son: Breanne Lott, Elizabeth Kiehne, John Jackman, Shannon O'Leary, y Martha Wetzel.

VIII Congreso de ALAMCTA

Debido a numerosas consultas y con el propósito de facilitar sus decisiones en lo referido a vuestra participación en el VIII Congreso de ALAMCTA, nos re-enviaron mas información relativa al congreso y nos adjuntaron una planilla pdf con datos de hoteles de bajo costo. (Los destacados en amarillo están bastante cerca del centro de convenciones donde se realizará el congreso al igual que los que aparecen en color verde). Nos informaron además que en Viña del Mar se puede acceder a dos comidas diarias por precios que van desde los USD 10 a 20. Por otro lado la inscripción para estudiantes de pregrado se mantiene en su valor de USD50 hasta el mismo día en que se inicie el evento. Mayor información pueden ustedes encontrar en el sitio WEB de la asociación http://alamcta.ubiobio.cl/ botón próximos eventos

Les dejo con los archivos para que puedan darles un vistazo

HOTELES VIÑA (Economicos)

Vectores de la enfermedad de Chagas amenazan a seis millones de personas

Seis millones de venezolanos viven en riesgo de contraer Chagas. El chipo es el principal transmisor de la enfermedad, según cálculos de Ana Carvajal, de la Red de Sociedades Científicas de Venezuela. Se calcula que 101.488 kilómetros de territorio nacional, que incluyen 198 municipios, son hábitat frecuente del chipo, principal transmisor del Chagas.

Video Presentacion

Estuvimos desarrollando un pequeño video presentacion y un resumen de los trabajos, proyectos, visiones y estrategias de nuestro Centro de Investigación. El mismo fue exhibido como parte de una ronda informativa en la Universidad de Arizona, en la cual obtuvimos una muy buena recepcion. Esperamos que les agrade. Disfruten! Video+Intro Español - Video+Intro English

Universidade de São Paulo - USP

El 11 de Marzo recibimos la visita de las Investigadoras Juliana B. Zuquer Giaretta, y Maria Luiza de Moraes Leonel Padilha, Investigadoras Master de la Universidad de Sao Paulo de la Facultad de Salud Publica para el Centro de Capacitación e Investigación en Medio Ambiente. Las acompaño la Ing. Rossana Scribano, coordinadora del Estudio sobre el Impacto Económico del Cambio Climático en Paraguay del proyecto CEPAL. El Proposito de su Visita fue el de promocionar un sistema de Informaciones Ambientales para el Desarrollo Sostenible (SIADES).

SIADES es un programa de la Facultad de Salud Publica de la USP que tiene como meta contribuir con la formación de recursos humanos en el área de salud ambiental sobre indicadores de desarrollo sostenible, ligado a la linea de investigación, política, planeamiento y Sector ambiental