Las investigaciones en enfermedades tropicales desatendidas han sido básicamente biomédicas y han dejado de lado a las ciencias sociales.

En una interesante revisión, Daniel D Reidpath y colaboradores, todos de la Global Public Health, Jeffrey Cheah School of Medicine and Health Sciences, de la Universidad de Monash en  Malaysia, nos muestra la escasa interdisciplinaridad de las investigaciones en enfermedades desatendidas. A continuación dejo para ustedes el breve resumen de este estudio.

Hay argumentos de peso para relacionar a las ciencias sociales y a la investigación interdisciplinaria con las enfermedades tropicales desatendidas. Estas enfermedades representan una rica  y dinámica interacción entre el vector, el huésped y el patógeno, la cual se produce dentro de contextos sociales, físicos y biológicos. Pero el sentimiento abrumador es sin embargo, que las investigaciones en  enfermedades tropicales desatendidas  han sido básicamente biomédicas y han dejado de lado a las ciencias sociales. El propósito de esta revisión es proporcionar una base para la discusión en cuanto a cantidad y naturaleza de la ciencia que se está llevando a cabo, además de la medida en que las ciencias sociales forman parte de eso.

Se realizó un análisis bibliográfico  de los artículos sobre enfermedades tropicales desatendidas en los últimos 10 años, en el área de las ciencias biomédicas y sociales. El análisis  fue textual y bibliométrico, y se centró en enfermedades como  el chikungunya, el dengue, la leishmaniasis visceral, y la oncocercosis.

Existe una variación sustancial en el número de publicaciones relacionadas con cada enfermedad. La proporción de la investigación relacionada con la ciencia social es muy consistente (<4%). Un análisis textual, sin embargo, revela un grado de error de clasificación por parte del servicio de resúmenes, en una sorprendente proporción de clasificación como ciencias sociales cuando en realidad era investigación clínica pura. Mucha de la investigación de las ciencias sociales también tiende a ser una investigación que sirve para la implementación de soluciones más bien biomédicas.

Hay poca evidencia de que los científicos presten atención a la complejidad social, cultural y  biológica, además de a la dinámica ambiental involucrada en la patogénesis humana. Hay pocos investigadores haciendo ciencia social y una escasa presencia de la ciencia interdisciplinaria. La investigación necesita de financiadores más sofisticados  y prioridades bien fijadas para evitar ser engañados por las incondicionales promesas biomédicas.

Para acceder al articulo:

http://www.health-policy-systems.com/content/9/1/1