21 de junio de 2011 – Fuente: Nature Communications
Los efectos del cambio climático recaerán también sobre la mortalidad de Europa y provocarán que a partir del año 2080 se produzcan más defunciones en los meses veraniegos que en invierno, en un repunte de las muertes asocia-das a causas climáticas que, en las últimas tres décadas del siglo XXI, podrían acumular 230.000 decesos adicio
Así lo constata un estudio presentado este martes en Barcelona y que ha cruzado datos poblacionales con las tendencias previstas de calentamiento glo-bal, tomando como referencia las 70.000 muertes que se calcula que se produjeron en Europa durante la ola de ca-lor del verano de 20
Los investigadores explican que, a pesar de los datos globales que hablan de una disminución de la esperanza de vida media de tres o cuatro meses, las cifras podrían variar según la región de Europa y también en función de las decisiones de prevención que se adopten, la evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero y de la pro-pia adaptación humana.
A pesar de esta variabilidad, el director del Institut Català de Ciències del Clima (IC3), Xavier Rodó, y el autor del estudio, Joan Ballester, dan por hecho un "cambio de ciclo" a partir de 2080, en el que el pico de mortalidad dejará de producirse durante los meses de invierno –hasta ahora asociado a la mayor propagación de enfermedades– y se trasladará al verano.
La investigación, realizada conjuntamente con el Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale de Montpellier (Francia) y la Geneva Medical School and University Hospitals de Ginebra (Suiza), se basa en un aumen-to de la temperatura en el arco mediterráneo –una de las áreas que más sufrirá los cambios– de unos 4,5ºC en ve-rano y de 2ºC en invierno.
De hecho, las regiones más al norte de Europa verán como en cómputos globales se reduce su mortalidad –debido a inviernos más suaves– aunque el cómputo global y la mortalidad "significativamente superior" que se regis-trará en el sur permiten a los científicos asegurar que, en general, las muertes climáticas adicionales podrían llegar a ser 15.000 cada año.
El muestreo realizado apunta a que, en un día normal, mueren en Europa 21 personas por cada millón de habi-tantes, pero en los días de mayor estrés climático –ya sea por frío o calor extremos–, se producen unas 30; y son precisamente el número de días extremos los que aumentarán, según los expertos.
Las cifras son fruto del análisis, por primera vez, de datos de 200 regiones de 16 países de Europa occidental, que engloban una población de 400 millones de personas.
"No podemos no hacer nada" ante el aumento de las temperaturas del cambio climático, precisa Rodó, quien re-seña que unas adecuadas medidas preventivas podrían hacer cambiar la pérdida de esperanza de vida en un aumen-to neto de la misma de hasta un año y medio, si bien el peor escenario también apunta a una reducción cercana a los nueve meses.