En la cumbre del Clima que se lleva a cabo en la ciudad de Lima estamos todos. Los 195 países se han hecho presentes para negociar el futuro del planeta. En el devenir de reuniones formales e informales cada quien analiza sus posturas independientes del nivel de desarrollo, pero está prevaleciendo una sola voz con el correr de las horas: si implementamos los planes de adaptación al impacto que irreversiblemente ocasionará el cambio climático, estaremos camino a una mitigación cero. Los países en vías de desarrollo pretenden un acuerdo que se centre en la financiación de los planes de adaptación, sin compromisos sino con acciones. Los compromisos deben ser reflexionados por los países más desarrollados, y los más pequeños asumir responsablemente las acciones.
Paraguay con su perfil mediterráneo, es un país vulnerable a los impactos esperados en todos los sectores prioritarios y como miembro del G77 + China ha apoyado la creación del Fondo Verde que apuntale la conservación de bosques y otra serie de apoyo a sectores. Ya se ha constituido su directorio con sede en Corea, cuenta con US$ 16 millones de dólares para costear su funcionamiento y estará recibiendo las acreditaciones de instituciones financieras desde ahora. Se tienen 9.700 millones ya asegurados en aportes y se comenzarán a dar los primeros aportes en el 2015. El proceso de acreditación incluirá a instituciones financieras internacionales, regionales y nacionales de carácter público y privado.
Gran énfasis están dando los países al pedir un suministro mejorado de los medios de ejecución por parte de los países desarrollados, que exista una coordinación de los mecanismos tecnológicos con los financieros, que el tratamiento sea igualitario para la mitigación, la adaptación, y para los medios de ejecución.
Luego de la presentación del resumen del quinto informe del IPCC, el componente investigación se vio reforzado por los comentarios de las partes en relación a la necesidad de seguir generando evidencias que permitan orientar los planes nacionales de adaptación. Los agricultores hicieron hincapié en que la agricultura cuente con bases científicas en el futuro acuerdo y se postuló además que las intenciones de contribuciones nacionales determinadas (INDC en sus siglas en inglés) deberían incluir los co-beneficios que tiene para la salud la acción climática.
A esta altura de las negociaciones se han radicalizado algunas posturas los países desarrollados no aceptan la diferenciación según nivel de mitigación, sino que todos debemos asumir compromisos, mientras que los países en vías de desarrollo exigen lo contrario.
Se espera llegar a un equilibrio, ya que la intención es asumir que todos somos parte de la solución y no exista más la división en compartimientos estancos propiciados por el nivel de desarrollo, sin embargo el camino se torna lento pues se requiere más seguridad y confianza para que cada quien resuelva que va a hacer en sus propios países y cómo aquellos que pueden apoyar con recursos se comprometerán a ahora en Lima para avanzar hacia Paris 2015.